Un camino hacia el presente, es también afrontar la vida con la fortaleza
interior que te permita adaptarte a los cambios con entereza, y digo esto
porque lo voy a relacionar con los avatares que previsiblemente nos prepara la próxima década.
Quien no vive el presente, puede frustrarse hoy por ser un visionario, y
puede frustrarse mañana por no ver la realidad actual.
Y todo esto viene a cuento por la no anunciada, inesperada y desconcertante bajada del
petróleo que a mi modo de ver no es más que una de las primeras grandes
bofetadas de guerra comercial por el petróleo y que no anuncia mas
que un próximo gran conflicto internacional por el poder.
Cada persona debe ante estos hechos, empezar a pensar que se acaba la energía barata, y en comenzar a vivir con un estilo de vida lo menos
consumista posible, porque se avecinan vacas flacas.
Un mundo de termitas está devorando su territorio y sólo prepararse ahora
puede evitar que en un plazo de diez años no lo lamentemos.
Se han dado muchas respuestas, pero todavía creo que lo importante es
encontrar la gran pregunta, que podría aproximarse a esto ¿puede la humanidad
mantenerse en su conjunto?. Siendo muy optimistas pensaremos
que así es, y entonces tendremos que resolver otras cuestiones como: ¿puede
resolverse el problema repartiendo la riqueza?. Responder a eso es complicado
porque tenemos por líderes mundiales a mentalidades trogloditas que prefieren pelearse como se ha
venido haciendo por costumbre desde tiempos inmemoriales.
Ante esta falta e de perspectiva global podemos
preguntarnos: ¿puede una comunidad, o una persona, aislarse de un mundo
globalizado, generando un estilo de vida paralelo y posible?, no lo sabemos
pero es lo único que podemos intentar de manera realista.
En resumen, no hago más que preguntarme si es posible la supervivencia
como especie. Y si ello no fuera posible en términos de humanidad total, entonces me pregunto si es posible la
supervivencia como comunidad, o como individuo.
Está claro que pronto veremos un retroceso fuerte, pero la cuestión es si
seremos capaces de adaptarnos a la pobreza material que conllevará sin habernos
sacado antes los ojos, entre guerras de naciones y luchas de clases.
Las claves hoy, a nivel de individuo, para reducir gastos, están en revisar nuestras facturas y
eliminarlas en lo posible, invirtiendo en ello hoy, que todavía se puede.
Calefacción, electricidad, gasolina, hipotecas, préstamos, impuestos,
seguros etc. son los enemigos a batir en una lucha por la ecología y el auto
conservacionismo moderno. A estos habrá que añadir los alimentos y el agua.
Cada factura nos lleva a un campo de ideas colectivo al que podemos
transportar nuestra inquietud, por ejemplo la reducción en el consumo de
calefacción, lleva comunitariamente a un replanteamiento en el modo de ahorro
de la vivienda, empezando por su construcción, orientación, salubridad, aislamiento, y según el lugar
en el que se vive, la fuente de energía a utilizar.
Llevar a este campo comunitario las ideas, sería la estrategia que
haría que en el futuro no se colapse de manera brusca. No hace mucho tiempo
nuestros padres y abuelos han vivido de manera más ecológica y respetuosa,
también más pobre, pero partiendo hoy del conocimiento técnico y la confianza
en una democracia igualitaria, las cosas podrían ser bien diferentes.
El mundo vive tiempos rápidos y caóticos. Los políticos pocas veces habían
sido importantes como ahora lo van a ser. Hoy tienen la difícil misión de hacernos ver
que debemos reducir nuestros gastos, favorecer las acciones conjuntas y
repartir la riqueza. Además deben ser capaces de hacernos transitar este
sendero por un camino de paz, ya que solo ella evitará que acabemos en un mundo
que destruya los más importantes recursos del planeta que todavía disfrutamos: Aire limpio,
agua potable y tierra fértil.
Dos buenos documentales: