La realidad del sujeto es un estado mental de creencias, existentes o no.
Así pues lo primero que observamos
es que un individuo puede vivir una falsa realidad, (puede además ser manipulada
por alguien para el engaño)
La realidad es lo que existe y lo que preciamos como tal, aunque esto
siempre tendrá un matiz personal desde el punto de vista del observador.
La realidad es la que es, aunque no pueda ser observada, pero esto plantea
el problema de que si nadie aprecia algo, ¿puede realmente existir?,
¿o existe desde el momento en que es apreciado? La experiencia nos dice que hay cosas que ya existían pero no éramos capaces de apreciarlas, por tanto la realidad existe por encima de su apreciación o no por un ser consciente.
¿o existe desde el momento en que es apreciado? La experiencia nos dice que hay cosas que ya existían pero no éramos capaces de apreciarlas, por tanto la realidad existe por encima de su apreciación o no por un ser consciente.
Pero por otra parte la realidad es
limitada para el individuo, y por tanto este cree en lo que él puede apreciar y no en
todas las posibilidades que en potencia puedan existir, ya que aunque están
ahí, su realidad se las niega en ese momento.
Esto último me parece que es vital hoy día con tantas teorías
conspiranóicas que circulan por la red y que pueden hacer que acabemos como Don
Quijote. Nuestra realidad es la que queramos que sea, pero debería limitarse a lo
que podemos percibir, ya sea físico o no,
pero basado en evidencias y no en teorías no demostradas.
¿El eliminar las posibles teorías existentes y no evidenciables de nuestra realidad castra una visión de futuro?
Esta sería una pregunta que podemos responder categóricamente que no, ya
que lo único que bloqueamos es que una teoría pase a ser una de nuestras
creencias, dejándo para el futuro su demostración.
Hoy la explosión de información y de posibilidades tecnológicas puede hacer
que el individuo más riguroso, pueda parecer un loco. Cualquiera de nosotros
podemos hacer de lo que leemos la biblia de nuestras creencias, pero para no
apartarnos de la realidad y tener los pies en el suelo, habrá que preguntarse hasta
donde llega nuestra experiencia real en ese campo.
Esto quizás no nos haga llegar los primeros, pero la realidad no tiene
prisa y evitaremos caer en el engaño ya sea propio o provocado.
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