Curiosa película que saca a relucir la siguiente pregunta:
¿Qué es mejor, cumplir todos los deseos o conquistar uno
propio?
Esta es una buena pregunta que merece un análisis. Está
claro que quien formuló esta pregunta daba por supuesto que los deseos que tenemos no son
nuestros deseos. ¿A quién pertenecen pues?. Esta pregunta desde una perspectiva
del zen podemos decir que pertenecen a la mente, pero no a cualquier mente,
sino a
una mente no centrada, no clarificada, no depurada hacia lo que debe ser.
una mente no centrada, no clarificada, no depurada hacia lo que debe ser.
Entonces surge una nueva pregunta ¿Hacia dónde debe
dirigirse una mente para ser como tiene que ser, si es que eso existe?
En ello han estado y están los millones de monjes, ascetas,
yoguis etc que han intentado responder esa pregunta. Una de las respuestas
posibles podría ser hacia llegar a ser uno, surge entonces la nueva cuestión ¿llegar a ser uno, con
quién? Esta pregunta solo tiene una respuesta posible, ya que como uno solo podemos referirnos al universo. ¿Pero para
eso hay que morir?, NO, para eso hay que VIVIR, para poder estar presente al iluminar nuestra mente, quizás se puede llamar muerte al proceso de purificación, sacrificando todo lo que éramos.
Al finalizar las sesiones de Yoga se hace referencia a este hecho: "Que nuestros
pensamientos sean uno con nuestros actos, con nuestras palabras y con nuestro corazón" con ello podremos concluir que también lo serán con nuestros deseos dando respuesta a la pregunta que se formulaba, para eso podemos dedicar una vida o más de una, y ese día estaremos muy cerca de
ser uno.
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