El soplo de una sonrisa,
la sensación de haber estado,
la amargura de no haber sabido estar,
las heridas.
Ni una coma de sabiduría
pude aprender en un libro,
y donde yo pensaba que sufría
me daba clases de cátedra la vida.
No vives nada
cuando la mente se enzarza en la Maya.
Un momento pasa a eterno
cuando el miedo
la lucidez o el arrepentimiento
hace que la beses,
bendito misterio.
¿Que nos queda?
quizás...un beso.
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