Aprender con un espejo

El aprendizaje que se realiza en las escuelas es un aprendizaje memorístico en letras y demasiado abstracto en ciencias, la falta de identificación con lo que se cuenta  hace que sea olvidado en un breve plazo de tiempo, sin embargo, esas mismas historias contadas a través de una experiencia personal o de otro tipo, pueden hacer de ellas una experiencia inolvidable.

Con respecto a este tema, hace tiempo que llevaba madurando la idea, pero
ayer hablando con una amiga, por fin pude fijar ya el concepto que andaba persiguiendo.


Recuerdo uno de los programas de la televisión en que se cuentan historias de gente que ha tenido problemas con parásitos, dado que los ciclos de los parásitos son parecidos, aunque siempre tienen algo que los diferencia, su estudio se hace muy aburrido, sobre todo cuando los estudias todos seguidos.  Imagínate hay una asignatura en medicina que únicamente habla de esto, sin embargo en este programa de tv, te introducen en este mundo a través de una tragedia en lo que lo mas importante es lo que le ocurre a la persona que lo está padeciendo, en esta narración se incluyen sus costumbres, sus primeros síntomas, sus miedos o su dejación, su paso por uno o varios médicos, los miedos de su familia, el apoyo que recibe, los fallos y aciertos en sus tratamientos y finalmente su desarrollo y fin, para todo ello nos realizan finalmente un recordatorio de los movimientos que ha realizado y su coincidencia con el ciclo del parásito.

A fin de cuentas nos interesa este tema no por que nos interese el parásito en sí, sino porque nos hablan de nuestros miedos, de una historia humana, de una tragedia o de algo que pudo ser grave y quedó en anécdota, nos hablan de nuestra propia historia, ya que nos vemos reflejados en sus miedos y en su vida y por eso nos gusta.

Este ejemplo de las enfermedades parasitarias puede trasladarse a cualquier otra materia, las ciencias, para algunos tan aburridas en su comprensión , son en realidad una historia personal de alguien que para llegar a esa conclusión pasó por determinadas experiencias, se preguntaba determinadas cosas (las mismas que nosotros) y que tras su descubrimiento, le acaecieron otras tantas cosas, ya que se movía en un ambiente social determinado, ambiente que nos hace comprender también la conclusión a la que llegó. Las ciencias aprendidas de esta manera (como el recorrido de la historia personal del personaje), se convierte de pronto en algo interesante, en una aventura de descubrimiento.

La Matemática, algo tan difícil de digerir para muchos, no deja de ser puro lenguaje como dice Yacov Perelman, es curioso que los que mejor deberían entender las matemáticas, (los lingüistas), sean los que peor lo hacen. Cada ecuación es la historia de un personaje y un descubrimiento, de una pequeña historia, nos cuenta una nueva visión de algo en un leguaje simbólico. La trigonometría por ejemplo, es la historia de las ciencias de la antigua Grecia que la manejaban para cualquier cosa. Maravillado se queda uno cuando escucha las historias de como estos antiguos griegos medían la altura de pirámides de Egipto, el radio de la tierra ( ya sabían que era redonda hace miles de años), y una infinidad de cosas más, pero maravillado te quedas también al conocer sus historias personales. Esto hace que las ciencias pasen a ser historia humana, algo que SI nos interesa.

Por ello lejos de hacer que las materias se vuelvan una pesada carga, las materias contadas a través de historias personales de cualquier tipo, acaban siendo un aprendizaje ameno, algo que nos apetece escuchar cada día, algo que nos cuenta algo sobre nosotros mismos,como un espejo, y nos recuerda a la vez al modo en que siempre se han aprendido las cosas, los cuentos, historias simbólicas que nos resuenan desde la niñez y que no se nos olvidan, estos han sido y son el mayor estímulo para la mente humana.

La historia humana de los personajes históricos es la fórmula que se debería aplicar para enseñar cualquier materia, porque si algo nos interesa es nuestra propia historia y eso es lo que escuchamos en ella.