¿Qué pasaría si el dinero tuviera fecha de caducidad?
Puestos a pensar, el dinero es el único producto
manufacturado al que no se le pone fecha de caducidad.
El otro día lancé la pregunta en facebook y la única
respuesta fue que los pondría en la nevera, algo que no va tan desencaminado
con mi teoría como veremos.
El dinero inicia su vida generado por los productos primarios, ya que
sin ellos no se podría
abastecer las necesidades más básicas, estos vienen a sustituir a estos productos con vida caduca nacidos de la tierra, y que en el proceso de intercambio se sustituyen por ese símbolo, el dinero, inalterable en la mente más que en el tiempo. Tras haber cubierto las necesidades primarias, los productos se transforman en otros productos manufacturados y finalmente en servicios. En todo este proceso lo único que no caduca es el dinero, que acompaña esas modificaciones como moneda de cambio sin sufrir alteración.
abastecer las necesidades más básicas, estos vienen a sustituir a estos productos con vida caduca nacidos de la tierra, y que en el proceso de intercambio se sustituyen por ese símbolo, el dinero, inalterable en la mente más que en el tiempo. Tras haber cubierto las necesidades primarias, los productos se transforman en otros productos manufacturados y finalmente en servicios. En todo este proceso lo único que no caduca es el dinero, que acompaña esas modificaciones como moneda de cambio sin sufrir alteración.
¿Qué pasaría si al dinero procedente de los productos primarios se le aplicase
la misma fecha de caducidad que a éstos de los que procede y siguiese esa fecha impresa en los
billetes a lo largo de la cadena de intercambio?, ¿sería quizásla solución para una nueva economía...?
Imaginemos que mañana miras un billete y ves algo que no te
esperabas, una frase que dijese “caduca el 29 de noviembre de 2013”, y de
repente te das cuenta de que todos los billetes que tienes en los bolsillos son
igualitos a ese.
Con incredulidad de lo que estás viendo, y pensando que se
trata de un broma pesada, se te ocurre mirar tu saldo en el cajero y ves que
tienes en tu cuenta corriente dos
columnas: en la primera te aparece lo que tienes de saldo dividido en tramos y
en la segunda una correspondencia de esos tramos de saldo con una fecha, y efectivamente
levantando la vista, arriba, como titular pone “caduca el:”
Nervioso, entras en el banco con tus libretas y las metes en
la máquina de rellenar cartillas, consultas tus fondos y ocurre que todos los
ahorros de tu vida tienen fecha de caducidad.
Estas confundido, pero lo único que sabes es que esto no
puede ser real, preguntas al banquero y
con cara de conformismo te indica que efectivamente, ha habido un pequeño
cambio en el dibujo de los billetes y a partir de ahora solo valdrán hasta esa
fecha, y añade “ esto es lo que hay”
Tú, aún no te lo crees y aturdido por la novedad te fijas en
la gente y te das cuenta de que nadie sabe nada de todo esto (todavía), dada la
tranquilidad con la que ves a tus paisanos.
Pero antes de hacer una locura, vas a casa y a oscuras,
tirado en el sofá, con algo de dolor de cabeza, quieres empezar a pensar que
puede ocurrir a partir de ese momento, y empiezas a divagar en tus
pensamientos.
Aquí sería un buen punto para que cada lector pensase que
pasaría con su vida, y lo que este cambio significa de modo general, yo después
de darle algunas vueltas he llegado a la siguiente conclusión, siguiendo con la
historia..
Después de pasar horas pensando, se te ocurre que quizás puedas
engañar a alguno y cambiarle tus billetes para que caduquen lo más tarde
posible (después de ver tantos años de corrupción el diablillo es el primero
que se te aparece), pero a pesar de todo, eso sólo sería retrasar el problema y
al final tendrías mucho dinero acumulado con la misma fecha de caducidad, que,
unido a que dentro de un año habrá mucha gente resabiada en el asunto, esto empeoraría
el problema, con lo cual decides que eres tú y tu dinero los que os enfrentáis
a un destino común de una gestión ordenada, y te olvidas del diablillo.
El primer pensamiento práctico que te viene al pensamiento es
que no puedes dejar que ningún billete caduque, y eso solo se logra gastándolo en
algo, dado que la cuenta corriente tiene
tramos que caducan antes de un año, deberías sacar ese dinero y gastarlo en lo
que crees que vas a necesitar, o quizás en necedades, dado que en este momento no
tienes tantas necesidades urgentes que cubrir.
Empiezas a intuir que a partir de entonces el dinero no va a
tener valor sino solo como supletorio de algo tangible, va a pasar a ser un medio
de transporte e intercambio de un bien real. Por tanto te vas dando cuenta de
que las cuentas con muchos ceros van a desaparecer en breve, al igual que
desaparecerían los tomates en un almacén y lo que se va a acumular, en todo
caso, va a ser cosas con escasa degradación como el oro y otras con alto grado
de conservación. Deduces que como el oro es un bien finito, su precio va a
ponerse por las nubes, y no todo el mundo podrá acceder a él. Los curritos como
tú, vais a tener que apañaros comprando artículos que duren un poco más que lo
normal, pero esas cosas no tienen un
valor estable ya que todo se va pasando de moda y tener mucho acumulado en
cosas que pasan de moda puede ser peligroso.
Piensas que la mayor parte de la gente no va a tener ningún problema
porque el dinero que reciben apenas les llegaba para llegar a fin de mes, con
lo cual la caducidad sólo le afecta a los que quieren ahorrar. De repente
piensas en una sociedad como la que contaban tus abuelos, en la que lo que
tenía valor, eran cosas de primera necesidad. La tierra de la que sacamos la comida, los
alimentos extraidos de ella, los animales y otras. De repente te da por pensar (Otra
vez el diablillo de un tiempo que caducó) que podrías comprar mucha tierra para
evitar la caducidad de tus ahorros, pero piensas: ¿quién va a querer tanto
dinero que caduca a cambio de tierra que no caduca?, está claro que para tener
tierra también la tendrás que ganar por otros medios.
De repente ves claro el sendero de la reforma:” La gente va vivir al día de lo que gana por su trabajo.”
Luego y después de esto te empiezas a sentir mejor, bueno al
fin y al cabo es algo justo. Te surgen muchas dudas, como ¿Qué pasará cuando no
puedas trabajar? Y cosas así, piensas en tus padres y te das cuenta de que vas
a tener que ayudarles, y eso será lo que pase cuando tú seas anciano. La
solidaridad será una pieza esencial en esa sociedad.
Está claro que se presenta una nueva era en la que los
valores de repente han cambiado. La ayuda desinteresada a tu amigo, vecino o
desconocido de al lado pasa a ser una valiosa pieza de cambio, empiezas a intuir
una sociedad más humana.
De repente te das cuenta de la sociedad que hasta ahora
había imperado, el dinero, el tanto tienes tanto vales y otra serie de venenos que
no se sabe porque truco de prestidigitación monetaria, poco apoco los
ingenieros de la mentira y el dinero nos habían colado. Ahora lo que no llegas
a comprender es cómo pudiste vivir tanto tiempo en una sociedad esclavista del
consumo.
Ahora el dinero será un medio de cambio, vuelve a servir
para lo que lo que fue creado en su origen, y deja de ser un bien en si mismo.
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