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sábado, 3 de diciembre de 2011

Las piedras viven



Jefe Seattle,
foto: wikipedia
Supongo que es difícil de creer en la vida de las piedras, ayer le pregunte a un ser supuestamente inocente sobre si las piedras estaban vivas, y me contestó con una respuesta académica por supuesto negándolo, aunque me dijo que no le preguntase más porque le ponía nervioso (quizás tenía una discrepancia interna).

Sin embargo si los seres vivos se definen como aquellos que nacen crecen se reproducen y mueren, entonces podemos afirmar que las piedras viven.

No me voy a entretener en convencer a nadie de este hecho puesto que no es mi objetivo el convencer, pero si el dar mi opinión sobre lo cerrados que somos a la hora de admitir que hay algo que se nos escapa en el mundo mineral, al cual no respetamos en absoluto, seguramente por culpa de no haberlo incluido como un ser vivo.
Pues bien, como decía un famoso maestro de un pueblo del Pirineo, al cual le quiero dedicar este artículo, "a las montañas les debemos un respeto."

Hoy, visto como está nuestro planeta,  es el día en el que hay que dar marcha atrás en nuestros principios y nuestras definiciones, las piedras están vivas, y hay que respetarlas.

Midi d´Ossau
foto:http://www.summitpost.org/pic-du-midi-d-ossau/453075
La sabiduría del jefe indio Seattle, debe volver a imperar para que nuestro pequeño y querido planeta no se vuelva contra nosotros, jamás se oyeron palabras tan sabias salidas de labios humanos, como los de su famosa carta, estas palabras solo pueden surgir de un entendimiento profundo de la existencia, y nos lo dijo alguien que ya vio en su día desaparecer un mundo, una manera de existir acorde con la naturaleza, un equilibrio perfecto.

El hombre no es más que una termita enfermiza, ignorante y voraz, y debe cambiar otra vez a ser un hombre. Para ello deberá volver a comprender que todo en la existencia está relacionado y que por supuesto incluso las piedras tienen vida, y merecen nuestro respeto.

Por supuesto a estas alturas de nuestra estupidez, y para agarrarnos a algo decente y envuelto de cientifismo, se nos ofrece la teoría de GAIA (una  vieja creencia). Para los más escépticos este es su último tren.

Termino con unas palabras extraídas de la famosa carta del jefe Seattle
“La tierra es preciosa y despreciarla es despreciar a su creador”


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